Diario La Hora, 5 de Junio de 1998.

El ingenio y participación empresarial, claves para promover ciencia en Chile

Los consejos de uno de los cerebros de la cumbre científica

El británico William Stewart reseñó cómo Inglaterra pasó de infravalorar la investigación en ciencia a ser uno de los países más vanguardistas del área, proponiéndolo como ejemplo para lograr el desarrollo científico en nuestro país. El encuentro fue coordinado por Claudio Teitelboim, asesor científico presidencial, y contó con la dinámica participación del público al término de las presentaciones. El seminario internacional organizado por la Comisión Presidencial para la Ciencia dio ayer sus primeros frutos concretos, dejando en manos de políticos, empresarios e investigadores chilenos un buen número de ideas, estrategias y modelos para impulsar el desarrollo científico de nuestro país. La convocatoria, considerada la más importante celebrada hasta hoy en Chile, fue inaugurada por el Presidente Eduardo Frei en el Hotel Carrera y contó con la asistencia de unos mil científicos y empresarios. William Stewart, ex asesor de ciencia del primer ministro del Reino Unido, resumió la filosofía, objetivos y agenda desarrollados por la Comisión Asesora Presidencial para conseguir que Inglaterra se convirtiera, a lo largo de esta década, en uno de los países más vanguardistas en investigación. Tras concluir su exposición, Stewart propuso consejos concretos, como la importancia de que el sector empresarial sea coprotagonista de la construcción del proyecto científico nacional. Enfatizó asimismo, la necesidad de ser ingeniosos a la hora de conseguir una infraestructura cuyo presupuesto suele quedar muy lejos de países en desarrollo como el nuestro. Propuso como ejemplo, que Chile atraiga laboratorios y centros de investigación de organismos internacionales, como hizo Londres al conseguir la sede para la Agencia de Evaluación Médica de la Unión Europea.

MODELOS INTERNACIONALES

Otros conferencistas relataron cómo países y comunidades nacionales han materializado un objetivo similar al que hoy se plantea Chile. Este fue el caso de KunMo Chung, quien participó activamente en la modernización científica de Corea del Sur desde los años 40, o Hans Joachim Queisser, fundador y director del Instituto Investigador Max Planck de Alemania. Por su parte, Edward David Jr., ex asesor científico del presidente de Estados Unidos recordó la experiencia de la creación del Comité de Ciencia de la OTAN, que ha dado respaldo a más de 50 mil investigadores en los últimos 10 años.

Todos los conferencistas aplaudieron el interés chileno por avanzar en ciencia, y afirmaron que Chile cuenta con los recursos humanos y materiales para hacerlo, pero coincidieron en hacer un llamado al realismo y en recordar el enorme esfuerzo que conlleva el objetivo establecido por el gobierno de Frei.

"Desarrollen objetivos realistas -sugirió David Robinson, ex director ejecutivo de la Comisión estadounidense Carnegie sobre Ciencia, Tecnología y Gobierno- y asuman la naturaleza a largo plazo que tienen todos los esfuerzos que van a llevar a cabo". Respecto de la financiación de este proyecto, Robinson afirmó con determinación que deben "destinarse fondos nuevos para objetivos nuevos". "No quiten recursos de otras partes -del presupuesto público- porque podrían despertarse resentimientos. Busquen el apoyo de organismos internacionales como el Banco Mundial", aconsejó. En su segunda y última jornada, el seminario prosigue hoy para analizar la situación de la ciencia en Chile. Está previsto que este fin de semana los participantes redacten un informe conjunto en el que se ofrezca un diagnóstico de las carencias de la labor investigadora chilena y se sugieran medidas concretas para situar a Chile al nivel de la comunidad científica internacional.

ANA ALCARAZ

Centros de investigación
Uno de los cimientos del prototipo de desarrollo científico lo constituyen los centros de excelencia, que fueron protagonistas de parte de la primera jornada de este seminario. Jacob Palis, director del Instituto de Matemáticas Puras y Aplicadas de Río de Janeiro; David Sabatini, presidente del Departamento de Biología Celular del Centro Médico de la Universidad de Nueva York y Phillip Griffiths, director del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, Nueva Jersey, presentaron sus respectivas propuestas que coincidieron en lo esencial.

Para dinamizar la ciencia en el Cono Sur, deberían crearse varios centros en la región -algunos en núcleos urbanos y otros en zonas rurales- que trabajaran coordinadamente. Sus labores principales serían la capacitación de jóvenes científicos y el desarrollo de investigaciones, y su espíritu debería ser flexible para adaptar y desechar proyectos en función de las necesidades concretas del momento y del país.

Estos institutos deberían tener un pequeño staff y ofrecer estancias cortas al mayor número posible de investigadores, lo que propiciaría el dinamismo en el intercambio de ideas y la formación de una amplia comunidad científica en la región latinoamericana.