Brasil
Crítica a la Política Neoliberal en Brasil y Latinoamérica
El Dr. Sergio Ferreira de Souza, presidente de la Sociedad para el Progreso de las Ciencias (SBPC) abrió la 51a Reunión Anual (Brasil, Julio 1999) con el siguiente discurso (parcialmente traducido aquí). El texto completo puede ser encontrado en la página: http://www.sbpcnet.org.br/semana/especial/julho/sbpc51/index.htm
La SBPC se ha transformado en el foro de discusiones sobre políticas de C&T y su boletín electrónico es distribuido a cerca de 7 mil lectores. En este discurso el Dr. Ferreira criticó duramente la política neoliberal impuesta en Brasil y en Latinoamérica. El Prof. Ferreira es considerado un "moderado" por la comunidad científica.
Llegamos al fin del siglo bajo el dominio del mayor imperio de la historia de la humanidad. Un imperio sin fronteras geográficas, caracterizado por un fantástico poder de intervención y de destrucción, una inmensa concentración de capital, de conocimiento científico, tecnológico y de control de la información, transformándose en señor casi absoluto del mercado globalizado. De esa forma, vivimos hoy en un mundo asimétrico: de un lado los que tienen y que mandan, y del otro, los que no tienen y obedecen.
En este imperio sin cara, donde existen 800 millones de desnutridos, el sistema bancario internacional dicta las reglas de comportamiento para los gobernantes de los paises subdesarrollados. Nuestros recatados gobernantes hacen un moderno discurso de la globalización, colocan en venta nuestro patrimonio estatal para pagar la deuda internacional, la cual continua creciendo, dilapidando la capacidad industrial y tecnológica del país, destruyendo nuestro sistema de Salud y Educación. La coincidencia del discurso gubernamental de los paises del Mercosul es chocante, a veces hasta "asqueante". Y lo más doloroso es tener que concluir que no existe oposición al discurso vacío de nuestros gobernantes. La prensa hace el marketing gubernamental y nuestros intelectuales y líderes sindicales frecuentemente se pierden en el juego inmediatista y corporativista.
El discurso gubernamental sobre la necesidad de exportar más, nada hizo para crear una industria inovadora. En realidad, el hace una enorme y premeditada confusión entre modernización e inovación, las áreas económicas menosprecian nuestra ciencia apelando a la importación de tecnología. Eso no es más que un "barco agujereado", pues todos sabemos que las tecnologías evoluciónan rápidamente y exigen una creación continua. Inversiones en montadoras pueden generar algunos miles de empleos, pero no crean la mentalidad de creación de tecnología inovadora. Por otro lado, es importante entender que la llegada de transnacinales para el país no resolverá el problema del desempleo. Es fundamental tener en mente que las transnacionales promueven apenas 3% de la totalidad de los empleos en el mundo.
La gran apuesta del área economica, elogiada por toda la prensa nacional, fue que la estabilización de la moneda traería capitales para inversiones productivas. Lo que ocurrió, en realidad, fue que la desenfrenada inversión especulativa internacional se apoderó de todo el dinero de las privatizaciones. Hoy, debemos más a los bancos que al inicio del proceso de desestatización.
Debo recordar de que, correctamente, el capital internacional no hace inversiones industriales inovadores en paises como el nuestro. La verdad, no tenemos tradición de hacer inversiones industriales a largo plazo, lo que es característico de la inovación tecnológica. Los paises industrializados evolucionarán debido a la captación intensa de recursos, con inversiones a fondo perdido o con bajas tasas de interés para industrias inovadoras o de punta.
¿Qué tiene que ver con todo esto, el progreso de nuestra Ciencia y de nuestra Educación? Es que, en este momento, tanto las universidades, la ciencia, la educación básica, la salud, como la industria, están todas en crisis, en virtud de un proyecto económico que fue, inocente o mal-intencionadamente, impuesto a la población latinoamericana como inexorable. Esa propuesta, impuesta por los patrones de la globalización no permitía discusiones y resultó en lo que resultó. Nuestras grandes industrias estatales fueron divididas y vendidas. En el pasado, sus productos eran vendidos a precios irrisorios, pues hacían parte de la política anti-inflacionaria de nuestros gobiernos. La corrección de esos precios, aliada al enorme despido de trabajadores, permitió que, como en un pase de magia, las empresas privatizadas pasasen a dar lucros fantásticos. Hoy se comienza a cuestionar la tal mejora de los servicios prestados por las compañias privatizadas.
La industria privada nacional entró en su mayor crisis. El desempleo subió a niveles inaceptables, y nuestra curva de pobreza se cristalizó como una de las peores del mundo. El sistema bancario y los servicios básicos de infraestructura estan siendo privatizados y, paulatinamente, pasando a manos internacionales. Hoy, mandamos para el exterior los lucros de la telefonía, de la electricidad, etc., patrimonio formado con recursos de todos los ciudadanos y cuya venta, extrañamente, financiamos para los capitalistas internacionales, financiamientos que hoy son parte de nuestra deuda externa. Hoy, pasamos a exportar los lucros de los servicios que antes permanecían aquí. Esta es la asimetría de la globalización, resultado de la apertura irrestricta, irresponsable y precipitada de nuestro mercado.
Repito la pregunta: ¿Qué tiene que ver con eso el progreso de nuestra ciencia, tecnología y educación? Lo que existe en C&T en Brasil es resultado de una propuesta nacionalista, segun la cual el Brasil debería dejar de ser un país para tornerse una Nación. En el pasado, el dogma implícito era que cuando formásemos cuadros profesionales e investigadores competentes, daríamos el salto cualitativo del desarrollo industrial inovador. Con todos los tropiezos, durante 40 años esa idea fue llevada adelante, hasta por la dictadura militar. En ese período, establecimos el mayor parque de post grado y de producción científica de la América Latina. Alcanzamos una masa crítica de profesionales e investigadores pero no ocurrió automáticamente el desarrollo tecnológico industrial, pues nuestra industria nunca tuvo un plan estratégico de desarrollo inovador.
Ocurre algo extraño en la América Latina. ¿Quién se recuerda de la Argentina en los años 60? Ella tenía todo lo que pretendía para un salto industrial que no ocurrió. Tenía petróleo, trigo, carne, y una población educada de 30 millones de habitantes distribuidos en 3 centros urbanos, universidades y ambiente cultural excelentes, etc. Y resultó en nada.
Esto me hace tener serias dudas en la actual apuesta educacional orientada a la masificación de la educación con progresivo dominio de la educación privada. Aquí (PUC/RS) podemos observar uno de los más eficientes centros de excelencia en Educación en Brasil, donde los recursos recaudados con los pagos de aranceles son reinvertidos en la propia universidad. No son los recursos que sirven para enriquecer a aventureros de la educación privada, con el beneplácito de gobiernos interesados más en el estrangulamiento de la educación pública, con el consequente desmantelamiento de las universidades federales y de los centros de investigación.
Nos encontramos hoy en un impase fantástico. Toda la economía (financiera) del país está dirigida a la protección del sistema bancario brasilero, pieza fundamental para la política de nuestra área económica. Se dan recursos "de gracia" para un banco de los amigos, en un monto superior de que el presupuesto de 1999 para el Ministerio de C&T. Nos parece obvio que la ciencia y el desarrollo científico no tienen importancia para el futuro de la economía brasilera. Eso fue dicho claramente por un ministro de hacienda. Esta opinión contrasta con la visión de los paises asiáticos, que están defendiendo con uñas y dientes a su ciencia y desarrollo industrial. El problema es que no hay salida para nuestro desarrollo industrial innovador si no hay una nueva estrategia de captación de recursos internos, para invertir a mediano y largo plazo en nuestras pequeñas y medias empresas. Hay salidas viables. Ya que los bancos, por ejemplo, no pagan impuestos, debería ser definido un tributo para un fondo de inversión en investigación y desarrollo.
Punteros de Interés
http://www.fapesp.br/opini43.htm
Traducción J. Pedro Donoso