ARGENTINA
Infrasonidos: un estudio de lo imperceptible
En el Centro de Investigaciones Acústicas y Luminotécnicas (CIAL) de la Universidad Nacional de Córdoba, se desarrolla un proyecto orientado a detectar los efectos que producen los sonidos de muy baja frecuencia, y en especial los infrasonidos, en el medio ambiente. La investigación es llevada a cabo por un equipo interdisciplinario dirigido por la Lic. Ana María Verzini e integrado por el Ing. Carlos Frassoni, el Dr. Horacio Nitardi y Aldo Ortiz, y enfoca el problema desde las áreas de Psicología Ambiental, Acústica Física y diversas especialidades de las Ciencias Médicas.
Al hablar de contaminación sonora es común aludir sólo a sonidos audibles, considerados entre 20 y 20000 Hertz (Hz), pero en realidad se deja de lado a los de muy baja frecuencia, contemplados hasta los 150 Hz. Dentro de este grupo se encuentran los infrasonidos. Estos sonidos que se encuentran por debajo de los 20 Hz no son detectados por el oído pero influyen de manera considerable en la salud, desenvolvimiento y calidad de vida del ser humano. Las fuentes de sonido de muy baja frecuencia pueden ser generadas por el hombre en establecimientos industriales, oficinas o casas de familia. Por ejemplo, descargas de gas y vapor, turbinas rotatorias, motores diesel, ventiladores, hornos de fundición, compresores o calderas. También se producen en la naturaleza. Es el caso de actividades volcánicas, temblores, truenos, vientos, olas, turbulencias de aire o cataratas. La investigación que lleva a cabo el CIAL sobre los efectos de los sonidos de muy baja frecuencia es abordada interdisciplinariamente desde la acústica física, la psicoacústica y la psicología ambiental. El estudio dirige su mirada hacia las características físicas y espaciales donde se desenvuelve la vida del ser humano tomando en cuenta un encuadre interactivo entre el hombre y el medio ambiente. Los infrasonidos son llamados por algunos autores estresores de fondo porque forman parte integral del ambiente diario del individuo, sin que éste sea capaz de detectar sus efectos. El impacto de estos estresores crónicos es acumulativo y el ser humano experimenta un gradual deterioro del rendimiento cognitivo y de su calidad de vida. Este proceso de deterioro puede ser irreversible. A largo plazo, es de fundamental importancia considerar las consecuencias del estrés ambiental puesto que, si bien el hombre puede adaptarse casi a cualquier condición, esa adaptación tiene un costo, produce una degradación progresiva de su calidad de vida.
Tonos y armónicos
El proyecto tiene su antecedente en los años ´70, cuando el Ing. Guillermo L. Fuchs, fundador del CIAL, realizó las primeras mediciones con la colaboración de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. En ese momento se instaló una de las siete estaciones para medir infrasonidos que existían en el mundo. Luego se continuó con la búsqueda de fuentes de ruido de muy baja frecuencia en distintos lugares de la ciudad de Córdoba. Por último se iniciaron las experiencias de laboratorio. El principal problema que surgió durante el estudio de campo fue la dificultad para aislar los infrasonidos, ya que no están solos en el ambiente sino que se encuentran acompañados de otros ruidos. Todo sonido "está compuesto de un tono -que es la frecuencia fundamental -y armónicos -que son múltiplos enteros de esa frecuencia", explicó el Ing. Frassoni. Por ejemplo, cuando suena un instrumento musical con un sonido que tiene determinado tono hay otras frecuencias que están presentes y le dan el timbre o la característica al sonido de ese instrumento. Por lo tanto no se escuchan tonos puros sino sonidos complejos. Los infrasonidos también generan sus armónicos y por eso no se sabe si se percibe su tono fundamental o sus armónicos superiores. Entonces, en un ambiente fabril o en las calles de mayor tránsito de una ciudad, se encuentra presente una amplia gama de frecuencias de sonidos que percibe el oído o que llegan por vibraciones no sólo al aparato auditivo sino a todo el cuerpo. Esta es la razón por la cual resulta difícil discriminar los infrasonidos de los demás sonidos del ambiente.
Logros de un trabajo silencioso
En un comienzo, el Ing. Fuchs construyó una cámara de presión que tenía ciertas características de aislación. El instrumental utilizado estaba destinado a producir y generar sonidos de muy baja frecuencia e infrasonidos. A través de electrodos computarizados se midió el comportamiento de determinados parámetros fisiológicos (como frecuencia cardíaca o temperatura periférica) y sus posibles modificaciones. "Mientras se sometía a las personas a distintos tonos se les solicitaba que expresaran sus sensaciones corporales y evaluaciones subjetivas (de agrado o desagrado) en relación a esos sonidos. Los resultados de esa experiencia reflejaron que no había modificación de los parámetros fisiológicos, pero que durante la exposición a las frecuencias de 10 y 20 Hertz se producían efectos tales como una evaluación más desfavorable del ambiente y algunas sensaciones percibidas en el cuerpo", aclara la Lic. Verzini. Las pruebas, en esta primera instancia, se realizaron en cinco situaciones diferentes (en 10, 20, 40 y 80 Hertz, y en una experiencia sin ruido). Para esto Aldo Ortiz preparó el sistema y construyó un atenuador para producir variaciones fijas de sonidos y determinar umbrales de audición para esas frecuencias.
Esta primera fase del estudio dio origen a un artículo por publicado en 1995, en la revista international Journal of Enviromental Studies (volumen 49, pgs. 1-11), con el título de "Preliminary Search of Thresholds and Effects of Very Low Frequency Sounds on Man", cuyos autores fueron Guillermo L. Fuchs, Ana María Verzini y Horacio Nitardi. En una instancia posterior se incrementaron los parámetros fisiológicos a medir (frecuencia cardíaca, resistencia galvánica de la piel, temperatura periférica, frecuencia respiratoria y tensión muscular). Los logros alcanzados en estas experiencias fueron presentados en el Congreso Inter-Noise llevado a cabo en Liverpool en 1996. Actualmente se está preparando el instrumental para comenzar el trabajo de campo. La medición se realizará en diferentes lugares de la ciudad de Córdoba: inmediaciones de fábricas, terminal de ómnibus, lugares de tránsito vehicular intenso, etc., donde será posible encontrar sonidos de muy baja frecuencia e importantes componentes de infrasonidos.
La salud preventiva de parabienes
Esta iniciativa del CIAL posibilita la formación de recursos humanos mediante la incorporación de profesionales recién egresados y estudiantes del último año de la carrera de Psicología. Además, prevé incluir becarios para la especialización en las distintas áreas del estudio. La investigación tiende al avance en el área de salud preventiva, a través de una toma de conciencia de la verdadera magnitud del problema. Además, permitirá rever y modificar las técnicas actuales de medición referidas a la normativa vigente en relación con el control del ruido como contaminante ambiental y contribuirá a la reglamentación sobre higiene y seguridad en el trabajo. En la actualidad, la ordenanza Nº 8167 de la ciudad de Córdoba sobre ruidos y vibraciones no contempla normativa alguna referida a sonidos de muy baja frecuencia. Finalmente, el proyecto colabora, de manera indirecta, a lograr ambientes físicos adecuados para la salud de la persona y su rendimiento en el trabajo e inserción y desenvolvimiento social.
Una institución que presta oídos
El Centro de Investigaciones Acústicas y Luminotécnicas (CIAL, Ciudad Universitaria, Agencia Postal Nº 4. (5000) Córdoba. Tel/Fax: (051) 33-4158 / 3037) es el único laboratorio del interior del país que realiza prestaciones derivadas de sus investigaciones con un considerable número de asesorías. Los aportes de las investigaciones que se llevan a cabo contribuyen al esclarecimiento, evaluación y toma de decisiones en casos de problemas relacionados con el proyecto, diseño, instalación o refuncionalización de nuevas infraestructuras. El CIAL presta servicios técnicos a entidades oficiales y privadas de producción y servicios, y contribuye en el cumplimiento de normativas urbanas específicas emanadas de los municipios.
Cristián Quinteros
Ñandú: conocimiento y su aplicación para salvar una especie amenazada.
En el Centro de Zoología Aplicada de la Universidad Nacional de Córdoba, los doctores Joaquín Navarro (1) y Mónica Martella (2) llevan adelante el proyecto "Manejo y conservación del ñandú". El propósito del mismo, recientemente declarado de interés nacional por el Poder Ejecutivo, es asegurar la conservación de la especie en base al uso sustentable del recurso. El concepto de uso sustentable hace referencia al aprovechamiento de una población dentro de un nivel que le permita renovarse de una manera compatible con la diversidad y viabilidad de los recursos con que cuenta. En el caso del ñandú, proponer un modelo de manejo significa conocer la dinámica de la población y su evolución para deducir cuántos animales se pueden cosechar anualmente sin dañarla. Para elaborar este modelo de manejo los investigadores estudiaron en profundidad el comportamiento del ñandú, sobre todo en el período de apareamiento y reproducción, así como también aspectos relacionados a su alimentación, hábitat y problemáticas sanitarias. Una curiosidad de la especie está dada por su comportamiento reproductor: el macho se encarga no sólo de incubar sino de cuidar a los pichones mientras la hembra sólo ovipone en distintos nidos, sin otra participación en lo que hace al cuidado parental.
Una especie en peligro
En Argentina existen dos especies: el "ñandú guazú" (Rhea americana) que habita desde el norte de Brasil hasta el límite patagónico, y el "ñandú petizo o choique" (Pteronemia pennata), que habita el sur del país y parte de la Puna. Los especialistas aseguran que la notable disminución de la población autóctona del ñandú se debe fundamentalmente a dos causas: por un lado, la extensión de la frontera agrícola-ganadera, que acota su hábitat natural; y por el otro, la caza indiscriminada con el fin de extraer cueros y plumas para su exportación. Entre 1975 y 1985 el mercado externo demandó un promedio anual de 22.000 cueros y 700 kilogramos de plumas mientras que el mercado interno requirió 50.000 cueros anuales. En 1986, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, por resolución 24/86, prohibió la comercialización del ñandú y sus productos pero esta medida no fue suficiente. Desde el Centro de Zoología Aplicada aseguran que la caza del ñandú continuó (desde el '86 al '89 el comercio ilegal involucró alrededor de 12.000 pieles por año) por lo que, a instancias del gobierno argentino, en 1992 se lo incluye en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre (CITES). Esta calificación internacional implica catalogar al ñandú como especie "amenazada o vulnerable" y sugiere adoptar una legislación muy estricta para revertir la situación actual. Los científicos señalan también que existen causas naturales que hacen vulnerable la reproducción del ñandú. Entre ellas se cuentan los predadores como el carancho y el zorro, las inundaciones de los nidos, la puesta de las hembras fuera de los mismos y el comportamiento del macho que sólo cuida los primeros pichones que nacen y abandona el resto de la nidada. Es notable que a pesar de tener grandes nidadas sólo eclosionan el 40% de los huevos y, a los dos meses, sólo sobreviven el 60% de los charabones. La propuesta de los investigadores Navarro y Martella es poner en marcha un proyecto integral que contemple los aspectos biológicos, económicos y legales con el fin de habilitar la cría para comercialización pero bajo un sistema de seguimiento y control llevado a cabo desde el mismo Centro de Zoología Aplicada.
Todo se aprovecha
Los estudios realizados destacan el potencial de aprovechamiento industrial del ñandú. A la tradicional utilización del cuero y plumas se agregan las bondades de su carne, de aspecto similar a las carnes rojas, buen sabor, alto contenido de proteínas y bajo tenor graso. Del aceite extraído de la grasa se ha comprobado su uso en nutrición, cosmetología y como lubricante industrial. También la cáscara de huevos infértiles se utiliza en joyería y confección de artesanías. La demanda en el mercado internacional es importante y países como Estados Unidos e Israel desde hace tiempo están trabajando en la cría con sistemas de tipo granja de resultados variados.
Por otra parte, los investigadores quieren dar a conocer entre los productores agropecuarios la posibilidad de cría en forma integrada al ganado vacuno. Si bien el ñandú tiene requerimientos estrictos de hábitat o alimentación, éstos son compatibles con los del ganado vacuno. El sistema de cría propuesto es de semicautiverio (ranching) en áreas similares a las utilizadas en ganadería con lo cual la inversión económica a realizar no sería muy elevada. Los investigadores afirman que "la idea es atraer a pequeños productores de las zonas marginales del país e interesarlos en la comercialización de ñandú en forma controlada".
El futuro no espera
Sin duda que las especies silvestres amenazadas de extinción están en manos de lo que el hombre haga o deje de hacer al respecto. Si bien es cierto que los daños causados en ecosistemas y especies naturales son ya irreversibles, también es posible pensar que no todo está perdido. En el caso del ñandú, la propuesta de los científicos es concluyente: sólo se salva si se utiliza el conocimiento disponible para su reproducción con fines de aprovechamiento.
(1) Joaquín Luis Navarro es Doctor en Ciencias
Biológicas (1989) de la Universidad Nacional de Córdoba
(UNC). Profesor Adjunto de la cátedra de Problemática
Ambiental de la carrera de Ciencias Biológicas de la UNC,
dirige proyectos de investigación relacionados con el estudio
de la dinámica de poblaciones animales, control de manejo y
especies plagas y en peligro de extinción.
E-mail:
Navarroj@com.uncor.edu
(2) Mónica Beatriz Martella se recibió es Doctora en
Ciencias Biológicas (1985) de la Universidad Nacional de
Córdoba. Profesora Adjunta por concurso de la cátedra de
Ecología de la carrera de Ciencias Biológicas, dirige
proyectos relacionados con la ecología del comportamiento
animal, manejo y conservación de especies en peligro de
extinción.
E-Mail: Martemo@com.uncor.edu
Los Dres. Joaquín Navarro y Mónica Martella pueden ser contactados en el Centro de Zoología Aplicada (UNC), Casilla de Correo 122, (5000) Córdoba, Argentina. Fono: (51) 33-2055. Fax (51) 33-2054. Son, además, investigadores de CONICET y asesores de CITES y de la Dirección de Fauna de la Nación. También son revisores de revistas nacionales e internacionales.
Lic. Jorge Gaiteri
CHILE
I Congreso Nacional de Aficionados a la Astronomía
11-14 de Noviembre, 1998Vicuña, Chile
El I Congreso Nacional de Aficionados a la Astronomia de Chile se realizará en la ciudad de Vicuña (IV region, Chile), desde el 11 al 14 de Noviembre de 1998.
Contactarse con Roger Leiton (Comite Organizador) para mas detalles.
http://www.ctio.noao.edu/~leiton/cong/index.html
Roger Leiton
Simposio Internacional: "Darwin en Chiloé: Historia Natural y Evolución"
22-26 Noviembre, 1998Chiloé, Chile
Patrocinadores:
Comité Organizador:
Sr. Eric Rivera
ICRO-UNESCO Simposio Internacional y Curso de Entrenamiento en Genética del Desarrollo
Simposio: 11-12 Enero, 1999
Curso: 12-23 Enero,
1999Santiago, Chile
Patrocinadores:
Comité Organizador:
Dr. Roberto Mayor